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Marzo, 2021
Como saben, La temperatura afecta a las propiedades biológicas, químicas y físicas de los suelos, disminuyéndolas o aumentándolas. Por lo cual, la temperatura del suelo es objeto de exhaustivos estudios en muchos campos científicos, especialmente en biología, física, química, ecología, agricultura y economía.
Para la bioactividad la temperatura promedio del suelo debe oscilar entre 10 y 40º Centigrados. Estos valores son favorables para las funciones vitales normales de la biota terrestre y garantizan la correcta descomposición de la materia orgánica, el aumento de la mineralización del nitrógeno, la absorción de sustancias solubles y el metabolismo. Por el contrario, las condiciones próximas a la congelación ralentizan las actividades de los microorganismos del suelo, mientras que los macroorganismos no pueden sobrevivir en absoluto por debajo de los puntos de congelación. La disminución de las actividades microbianas es la causa de la reducción de la descomposición de la materia orgánica y de su acumulación excesiva.
Las altas temperaturas del suelo inducen la deshidratación de la arcilla y el agrietamiento de las partículas de arena, lo que se acaba reduciendo su contenido y aumentando la concentración de limo. Cuanto más caliente está la tierra, más dióxido de carbono se libera. El calor provoca el agrietamiento de la tierra debido a la evaporación y por tanto, la insuficiente penetración del agua en el perfil del suelo.
La influencia de la temperatura del suelo en las plantas es muy Directa.
.- El calor induce el desarrollo de la vegetación en cuanto a la absorción de agua y nutrientes y el crecimiento general de la planta.
.- Las bajas temperaturas inhiben la captación de agua debido a su menor viscosidad y al ralentizan el proceso de fotosíntesis.
Además, la falta de calor es una condición desfavorable para las actividades de los microorganismos que habitan la tierra, ya que un bajo metabolismo implica una baja liberación de nutrientes y también una baja disolución. Por tanto, cuanto más fría sea la tierra, menos nutrientes y agua podrán obtener las plantas.
En cuanto al crecimiento de las raíces y los brotes, las condiciones de frío dificultan las reduplicaciones celulares y, por tanto, ralentizan el crecimiento general, tanto el aire como la tierra Fria
Recordemos que cuando el suelo no está lo suficientemente caliente, las plantas no pueden desarrollarse correctamente, ya que los procesos biológicos y químicos en el suelo no son lo suficientemente intensos. Además, estos mismos procesos son imposibles cuando las temperaturas alcanzan el punto de congelación.
Teniendo esto en cuenta, resulta vital conocer los valores óptimos de la temperatura para cada cultivo y asegurar así unas condiciones beneficiosas para su germinación y desarrollo. El análisis de los datos históricos de la temperatura del suelo en una región concreta, el seguimiento del estado actual y la previsión de la temperatura del suelo y del tiempo son aspectos clave que contribuyen al éxito.
Una temperatura demasiado baja o demasiado alta mata tanto a los organismos del suelo como a las plantas. En particular, los cultivos se desarrollan lentamente a 30 ºC, A los 37 ºC, la vegetación no puede absorber suficiente humedad, ya que se pierde hasta un 85% debido a la evaporación y la transpiración y a los criticos 50 ºC las bacterias del suelo Ya no pueden sobrevivir al calor. El Riego cuando se superan estas temperaturas atmosféricas es poco recomendable, ya que la mayoría de los aportes de agua se convertirían en residuos debido a la rápida evaporación. Además, las gotas de agua refractadas pueden actuar como lupa y quemar la vegetación.
Finalmente un alto rendimiento depende en gran medida del éxito de la coincidencia de los cultivos plantados con el tiempo de su siembra y unas condiciones climáticas posteriores adecuadas para asegurar el rendimiento deseado.
Por ejemplo, la temperatura mínima del suelo para sembrar Trigo es de 3 ºC, mientras que la temperatura mínima del suelo para la siembra de Soja es de 15 ºC. En el caso de la Canola y la Caña de Azúcar es de 10 ºC y que la temperatura mínima del suelo para sembrar Girasol o Millo es de 16 ºC. Los Frijoles y Judias Secas son más exigente en este sentido, ya que requiere una temperatura superficial del suelo de 21 ºC para que la germinación y enraizamiento sean satisfactorios.
En cuanto a la temperatura del suelo para el cultivo de hortalizas, los agricultores deben recordar que los Tomates y los Pepinos necesitan 21 ºC, mientras que la temperatura del suelo para la siembra de Maíz Dulce debe ser de al menos 18 ºC. Para Sandías, Pimientos y Quimbombó el mínimo sube hasta 22 ºC.
A la hora de decidir el momento ideal para la siembra, aparte de la Temperatura estacional, también es importante No poner las semillas a demasiada profundidad para que alcancen suficientes capas de humedad, ya que la siembra poco profunda implica brotes más rápidos. Así, los agricultores no sólo ahorran tiempo, sino que obtienen plantas fuertes que pueden competir más ferozmente contra la maleza
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